sábado, 13 de abril de 2013

¡Escúchame, Señor, y ten piedad de mí; sé, Señor, mi socorro!

Salmo 30(29),2.4.5-6.11-13.

Te alabaré, Señor, porque me has levantado y muy poco se han reído mis contrarios. Señor, me has sacado de la tumba, me iba a la fosa y me has devuelto a la vida. Que sus fieles canten al Señor, y den gracias a su Nombre santo. Porque su enojo dura unos momentos, y su bondad toda una vida. Al caer la tarde nos visita el llanto, pero a la mañana es un grito de alegría. ¡Escúchame, Señor, y ten piedad de mí; sé, Señor, mi socorro! Tu has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría. Así mi corazón te cantará sin callarse jamás. ¡Señor, mi Dios, por siempre te alabaré!

No hay comentarios:

Publicar un comentario